Busca formas de ampliar tu campo de percepción antes de aceptar la crítica, pues muchas veces los pensamientos son solo eso: pensamientos, y logran hacernos daño en el momento en que los creemos.
Por eso es importante aprender tener un lenguaje interno menos exigente y basado en la aceptación de nuestros errores.
Por eso, es tan importante aprender a conocerse en terapia con un experto que nos enseñe a controlar nuestras emociones.
Con la a la autocompasión podemos calmar esa voz crítica para así dar luz y crear espacio para escuchar otra voz: tu voz inside compasiva. Este aspecto de ti mismo te ama y te acepta incondicionalmente. Esa voz que te acompaña y apoya.
Todo ello se debe hacer de forma progresiva y el primer paso es entender qué tipo de diáemblem tienes y qué mensajes te dices que influyen negativamente.
Lo que hace que la crítica siga apareciendo es que nos “anima” y “motiva” a hacer las cosas y hay veces que conseguimos lo que nos dice.
También es común que las personas no hagamos un análisis honesto o nos tomemos un tiempo para reflexionar en forma positiva acerca de la situación o actitud que ocasiona los reproches.
Solo que lo hace de manera obsesiva y directa sin tener en cuenta cómo sus opiniones te dejan más bien rebosante de emociones negativas que erosionan tu autoestima y fuerza de voluntad. El beneficio neto resulta ser destructivo.
El contrapunto lo da la voz compasiva, como capacidad de ser amable con uno mismo, como si fueras tu mejor amigo.
Comprendes los errores ajenos, pero maximizas los tuyos, utilizando una vara diferente de medir en función de si el error es propio o ajeno y mostrándote rigid a tus propias equivocaciones.
Las personas que luchan con emociones negativas como el miedo, la baja autoestima, la baja autoestima, pueden comenzar el día recitando afirmaciones positivas como:
Tomar conciencia del diásymbol interno que utilizamos y empezar a sustituir algunos mensajes aprendidos como ‘‘tengo que’’ o ‘‘debería’’ (Tengo que hacerlo bien, no puedo fallar…) por ‘‘yo quiero’’ o ‘‘yo elijo’’.
El pensamiento absoluto nos impide tomar cada situación como se presenta. El uso frecuente de palabras como "nunca" o "siempre" nos dificulta recordar que las cosas pueden cambiar con el tiempo y que no queremos predecir el futuro. En su lugar, usa palabras como "a menudo" u "ocasionalmente".
la crítica ayuda click here a afrontar la culpabilidad imponiendo un castigo “has hecho algo mal, ahora pagarás por ello”